Hola amig@s!!!! Bienvenid@s a mi blog. Hace algunos días, mientras buscaba ciertas cosas, encontré un pequeño baúl donde, alguna vez, guardé mis sueños. Lo abrí poco a poco para ver que había dejado en él. Ahí estaba mi sueño de terminar una carrera, mi sueño de conseguir un trabajo, mi sueño de viajar y conocer muchos lugares del mundo,..... Muchos sueños que, a fecha de hoy, se han cumplido pero otros que aún quedan por realizar.

Lucha por tus sueños y no permitas que los del futuro queden como recuerdos del pasado.



EL BAÚL DE LOS SUEÑOS, un espacio donde podré compartir con vosotros experiencias, deseos, inquietudes, ...y muchas cosas para enriquecernos mutuamente.El título del blog va dedicado a las dos personas que más quiero en el mundo, mis hijos, MARCELO y RODRIGO porque quiero que guarden sus sueños en un pequeño baúl y nunca dejen de soñar.















jueves, 26 de julio de 2012

LA TRISTEZA Y LA FURIA








En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar o,  quizás, donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...



En un reino mágico donde las cosas no tangibles se vuelven concretas...



Había una vez... un estanque maravilloso.



Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...





Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia. Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.



La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y mas rápidamente aún salió del agua... Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que desnuda y apurada, se puso al salir, la primera ropa que encontró...



Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino de la tristeza...



Y así, vestida de tristeza, la furia se marchó.





Muy calma y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo) con pereza y lentamente, salió del estanque. En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.



Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.





Cuentan que, desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que la furia que vemos es sólo un disfraz y que detrás del disfraz de la misma está escondida la tristeza.



Nuestro enfado es la mejor forma de esconder la tristeza que realmente tenemos.Lejos de querer herir a alguien con nuestras reacciones, sólo pretendemos defendernos de más dolor.







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