Hola amig@s!!!! Bienvenid@s a mi blog. Hace algunos días, mientras buscaba ciertas cosas, encontré un pequeño baúl donde, alguna vez, guardé mis sueños. Lo abrí poco a poco para ver que había dejado en él. Ahí estaba mi sueño de terminar una carrera, mi sueño de conseguir un trabajo, mi sueño de viajar y conocer muchos lugares del mundo,..... Muchos sueños que, a fecha de hoy, se han cumplido pero otros que aún quedan por realizar.

Lucha por tus sueños y no permitas que los del futuro queden como recuerdos del pasado.



EL BAÚL DE LOS SUEÑOS, un espacio donde podré compartir con vosotros experiencias, deseos, inquietudes, ...y muchas cosas para enriquecernos mutuamente.El título del blog va dedicado a las dos personas que más quiero en el mundo, mis hijos, MARCELO y RODRIGO porque quiero que guarden sus sueños en un pequeño baúl y nunca dejen de soñar.















sábado, 28 de julio de 2012

LOS AMANTES DE TERUEL




Cuentan que en los albores del siglo XIII vivieron en Teruel dos jóvenes llamados Diego e Isabel. Sus familias estaban enemistadas desde hacía ya tiempo, pero el destino quiso que ambos se enamorarán en contra de los deseos familiares. Los Segura era una familia con poder y con buena fortuna en Teruel mientras que los Martinez de Marcilla eran considerados una familia de pocos recursos económicos.
Un día los enamorados pidieron permiso para casarse y, el padre de Isabel,  rechazó a Diego por no ser el pretendiente ideal para su hija y por falta de un patrimonio y riqueza que  deseaba para hacer un buen matrimonio. Por ese motivo, Diego Juan Martínez de Marcilla,  juró hacer fortuna fuera de Teruel y volver al cabo de cinco años, pero pidió al padre de Isabel, que no la casara con ningún otro hombre.

No tardo el padre de Isabel a obligarla a casarse y buscó en el aristócrata Fernando de Gamboa, hermano del señor de Albarracín, al marido ideal para su hija. Los esponsales de la joven con el noble Gamboa fueron muy sonados y festejados en Teruel. Al cabo de un tiempo, al cumplirse los 5 años de la promesa en 1217, regresó Diego y viendo que su amada Isabel estaba ya casada con otro hombre. Pidió verla y, en el momento de encontrarse uno enfrente al otro, Diego le pidió a Isabel un beso, ella se lo negó y él cayó desplomado en el suelo muriendo en el acto.
Isabel al enterarse del lugar del entierro de su eterno amado, quiso presenciar  el mismo.
Los turolenses vieron atónitos como la joven Segura besó con pasión a su enamorado en unos labios ya fríos y sin vida, el beso que le había negado el día anterior. Al acabar dicho acto, Isabel cayó desplomada sobre el cuerpo de Diego falleciendo de repente. El amor era tan grande que no pudieron sentirse separados ni una vez muertos.

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